.
Existen contados casos en el mundo. Los médicos creen que ella desarrolló esta condición luego de que una sobredosis de penicilina alteró sus niveles de histamina.
El dolor que le genera cada gota de agua que toca su cuerpo, es tan grande que prácticamente no se baña.
“Tomo duchas de menos de un minuto. La experiencia es tan pero tan dolorosa que muchas veces termino llorando”, expresó.
“Si bien el sarpullido resulta desagradable visualmente, la sensación resulta aún más dolorosa”, agregó.