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COVID-19 : Mira cuántos días dura cada síntoma de ómicron

Tos, dolor muscular y de garganta, ¿sabes cuántos días duran los síntomas de la variante ómicron? Hoy en día y de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) más del 72 por ciento de los casos de COVID-19 corresponden a la variante de preocupación que se contagia de manera muy rápida.

Esta nueva variante ha hecho que los gobiernos tomen medidas, como reducción de aforo y restricciones para los no vacunados para evitar una rápida propagación, pero su avance no se detiene generando gran ausentismo laboral y afectando el crecimiento económico.

En algunos casos ómicron puede ser similar a un simple resfriado, pero en otros puede durar más días. De acuerdo con un estudio realizado en Noruega, publicado en la revista médica Eurosurveillance, en la mayoría de los síntomas que sufren los pacientes podrían llegar a durar entre 2 y 5 días.

¿CUÁNTO DURA CADA SÍNTOMA DE LA VARIANTE ÓMICRON?

A continuación, esto puede durar los síntomas de la variante del COVID-19 ómicron en la mayoría de casos:


Tos: tiene duración de entre 3 y 5 días.
Congestión nasal: tiene duración de entre 2 y 5 días.
Fatiga: su duración es entre 2 y 5 días.
Dolor de garganta: su duración de entre 2 y 5 días.
Falta de apetito: duración de entre 2 y 5 días.
Afectación en el sabor: tiene una duración de entre 2 y 4 días.
Estornudos: duración de entre 2 y 4 días.
Dolor de cabeza: duración de entre 2 y 4 días.
Dolor muscular: una duración de entre 2 y 4 días.

¿CUÁL ES EL PRIMER SÍNTOMA DE ÓMICRON?

El primer síntoma que se presenta al infectarse de Ómicron es dolor de garganta, de acuerdo con especialistas estadounidenses del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).

¿POR QUÉ LA VARIANTE ÓMICRON ES MÁS CONTAGIOSA?

Ómicron es 70 veces más contagiosa que otras variantes calificadas de preocupación por la OMS. Esto se debe a que sus mutaciones permiten que el virus entre más fácil en las células humanas y se vuelve más contagioso. Es como, por ejemplo, cuando hacemos una llave nueva y cuesta más abrir la puerta, pero, con el uso, la llave se va afinando. El objetivo es contagiar más para convertirse en patógenos endógenos, es decir, quedarse con nosotros para siempre.

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