POR: Lucho Guerrero
L
os intentos de democratizar los procesos electorales a través de Normas, no están surtiendo los efectos deseados. Cada vez son menos las oportunidades que tiene el pueblo de participar en la designación de los candidatos que ellos consideran idóneos.
Los Movimientos y Partidos Políticos, ahora, guardan un parecido inocultable a una empresa comercial, donde el dueño del negocio pone las pautas y las condiciones, desde la elección de los candidatos hasta de cómo se debe de llevar la campaña electoral.
Así que no es de extrañar, ver a los empresarios electorales regionales, en el trajín de buscar a sus socios estratégicos, aunque debemos de reconocer, que también los empresarios electorales locales están en el mismo quehacer, es decir, en la búsqueda de los empresarios regionales que les permita intentar llegar a los poderes municipales. Esto, por supuesto, es innegable, las tratativas comerciales van de ida y vuelta.
Por otro lado, los clientes electorales ya empiezan a buscar el producto que van a adquirir, las degustaciones o el muestreo del producto se realiza en sus mismos lugares donde viven o son llamados a demostraciones masivas en locales donde los productos que están en oferta, tratan de mostrar lo mejor de sus bondades.
No puede existir ejercicio de la Democracia sin demócratas y quienes ven la política solo como un medio para llegar al Poder, no se les puede llamar precisamente como tales. Esta clase de personas hallan en cada elección una oportunidad de llegar a los cargos de gobierno no a gobernar, sino a administrar el dinero que aportan todos los peruanos con tanto esfuerzo.
Por ello no es extraño presenciar a estas alturas, el espectáculo lamentable de personas con ambiciones desmedidas de poder, convertidos en mercaderes “políticos”, saltándose la valla de las elecciones internas destinadas a elegir a los candidatos, que es una de las formas de aportar a la Democracia de nuestro país.
