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Reflexiones sobre el concejo municipal de Huaral


PEPE RAMOS

Históricamente,  en la península ibérica, se reunían el concejo abierto, que era la reunión de todos los habitantes de la localidad, para tratar asuntos de interés público, también existía el concejo cerrado que era la reunión de los vecinos más destacados (boni homines).

El Concejo era la asamblea de los vecinos de las localidades que participaban en el gobierno de las mismas, en los reinos cristianos de la edad media en la península ibérica

Etimológicamente, deriva del latin  concilium que significa reunión o asamblea, término también utilizado como sinónimo.

El concejo solía reunirse los domingos, después de misa. La llamada a concejo se realizaba mediante repique de las campanas de la iglesia o mediante otro instrumento. Su asistencia era obligatoria, multándose al vecino que no acudía.

En la actualidad el Concejo Municipal, es el órgano más importante de la Municipalidad, es la máxima autoridad y está conformado por  los regidores y el alcalde quien lo preside, sin embargo, no obstante ser el órgano deliberativo por excelencia, mucha veces es  ninguneado y avasallado por el Alcalde, quien amparándose en sus labores ejecutivas- administrativa, pasa por encima del Concejo Municipal y no se le reconoce la trascendencia e importancia que tiene en la Municipalidad.

En el caso de Huaral, el Concejo Municipal, ha sido vapuleado por todos los alcaldes, nunca ha existido un hemiciclo, donde deliberar y parlar los asuntos de competencia municipal, casi siempre los regidores carecen de asesores, presupuesto, infraestructura y logística, que permita que realicen sus labores de manera eficiente, con autonomía e independencia, cumpliendo a cabalidad su rol fiscalizador y normativo.


Muchas veces se le exige al regidor, mayor eficiencia en el ejercicio de sus funciones normativas y fiscalizadora, sin embargo vemos en Huaral, desde hace muchos años, a unos regidores arrinconados en una mesa vieja, sin sillas, sin poder recibir al pueblo adecuadamente, decentemente, para que puedan ser sus interlocutores válidos, ante el consistorio; cumplen su labor en un ambiente deprimente, no tienen ni siquiera una laptop para poder hacer sus trabajo, no tienen oficinas, ni sala de regidores y vegetan  en el salón Túpac Amaru, sin  ninguna privacidad, para cuando el caso lo amerite.

El Concejo Municipal debe ser dotado de toda una infraestructura y logística que le permita actuar con independencia y se olviden del amiguismo y del alcalde, la labor del Concejo debe ser fructífera en fiscalización y en normatividad, pero se ha convertido en furgón de cola del alcalde, sin tener en cuenta, que es el Consistorio Municipal, quien aprueba el presupuesto, el balance, los instrumentos de gestión, y las principales funciones de gobierno, entre ellas la de vacar y suspender a los alcaldes y regidores.

Los alcaldes que ha tenido mi adorada provincia,(salvo honrosas excepciones), han arrinconado al Concejo, pero también  debo decir en honor a la verdad, que quienes asumen una concejalía por mandato del pueblo, muchas veces equivocan su rol y piensan que deben convertirse en franeleros, ganapanes del alcalde, cuando  su real labor es darle gobernabilidad a la provincia, fiscalizar sin temor, y legislar a favor del pueblo, por supuesto que a los alcaldes no les conviene un Concejo autónomo, independiente y capaz, ya que  muchos de los que asumen el poder, se  aconchaban con funcionarios corruptos y los primero que hacen,  es corromper a los regidores con dádivas y sino, le hacen la guerra, para que no puedan cumplir con el mandato, que el soberano le ha otorgado.

El gobierno municipal, debe ser manejado con ética, con eficacia, con honestidad, con humanismo, con consciencia social, con sensibilidad social y debe ser gobernado por su propia gente, ya que por su propia naturaleza el Municipio, no es otra cosa que el pueblo debidamente organizado, para administrarse asimismo, para ser los conductores de su propio destino. Debe existir entre el órgano normativo y el ejecutivo un auténtico equilibrio de poderes, que permita sacar adelante a Huaral, jamás los regidores deben dejarse avasallar por alcaldes sinvergüenzas y deben empezar por hacer valer sus fueros, defender su autonomía y pedir que se les dotes de todos los elementos esenciales para cumplir su labor, lo mejor que le puede pasar a un municipio, es tener un concejo fuerte, independiente y autónomo; un alcalde culto, democrático y honesto, sobre todo honesto, creo, que no es mucho pedir.

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