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Mala protección de ojos en verano puede producir conjuntivitis y cáncer de párpados

Se recomienda adecuada higiene en los ojos y el uso lentes oscuros con protección contra los rayos ultravioleta (UV)

lentes

Ingresar a piscinas o playas contaminadas, exponerse al sol sin ninguna protección, así como la mala protección de los ojos durante la época de verano podría causar enfermedades oculares como la conjuntivitis, cáncer de párpados, alteraciones celulares cancerígenas en la córnea y en la conjuntiva y a la larga hasta podría generar ceguera por catarata.

Así lo advirtieron médicos especialistas del Hospital de Chancay, indicaron que exponerse al sol en el verano sin ninguna protección trae consigo serios daños a la vista, además si una persona no tiene hábitos de higiene y si no usa lentes oscuros con protección contra los rayos ultravioleta (UV) puede ser víctima de quemaduras en la córnea, que con el paso del tiempo puede convertirse en catarata.

Señalaron que la afección más común en esta temporada es la conjuntivitis, que es la inflamación o enrojecimiento de la parte inferior e interna de la conjuntiva, la cual puede prevenirse con el lavado de las manos y rostro con abundante agua y jabón por lo menos tres veces al día. Además no debe compartirse las toallas ni pañuelos y que es mejor usar papel toalla desechable, cambiar las fundas de las almohadas con frecuencia, así como evitar tocarse los ojos con las manos sucias.


La conjuntivitis es contagiosa puede afectar a otros miembros de la familia y por eso debe evitarse la visita a piscinas y playas declaradas no aptas por la DIGESA (Ministerio de Salud), no automedicarse, no compartir cosméticos y si hay presencia por más de cinco días de legaña amarillenta o verdosa debe acudir al oftalmólogo para su tratamiento.

En verano debemos usar lentes oscuros con protección UV, pues una mala elección de las gafas puede provocar fotofobia o molestias provocadas por la luz, así como la pérdida de la capacidad de adaptación a los cambios bruscos de iluminación.

Lo recomendable es que los lentes sean totalmente oscuros y deben proteger los ojos, las cejas, párpados y partes laterales del rostro, además de contar con un certificado que indique cuanto de protección tienen.

Los rayos ultravioletas son invisibles y tienen mayor intensidad entre las 11 de la mañana y las 2 de la tarde por lo que se sugiere que los anteojos de sol sean adquiridos en ópticas de garantía y seguridad, por lo que se debe evitar comprarlos en puntos de venta callejeros e informales.

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